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domingo, 9 de octubre de 2011

ARTERIA LUSORIA y DIVERTICULO DE KOMMERELL



El arco aórtico izquierdo con una arteria subclavia derecha aberrante constituye la anomalía vascular congénita más común del arco aórtico y se encuentra en un 0,5% a 3% de la población. En gran parte  de los casos en el origen de la arteria se encuentra una dilatación sacular denominada divertículo de Kommerell, en honor a Buckhard F.  Kommerell quien lo describió por primera vez en 1936. La arteria subclavia derecha aberrante nace como última rama del cayado aórtico, algo posterior e  independiente de la arteria carótida derecha. Cruza la línea media en el mediastino posterior. En la mayoría de los casos, es un hallazgo casual y el paciente permanece asintomático. Sin embargo, en ocasiones, el curso anómalo de esta arteria (denominada A. Lusoria) forma un anillo vascular que comprime la tráquea y el esófago, dando lugar a disnea y disfagia lusoria. El aneurisma del divertículo se observa entre el 3 y el 8% de estos pacientes.  La complicación más grave asociada a los aneurismas del divertículo de Kommerell es la rotura, que conlleva una tasa de mortalidad del 50%2. Mediante radiografía simple de tórax se puede sospechar esta malformación, sin embargo la resonancia magnética (RM) o la TC son los estudios de imagen de elección tanto para el diagnóstico como para la planificación terapéutica. La angiografía mediante TC multidetector es, en la actualidad, el principal método de imagen en la valoración de las anomalías vasculares torácicas ya que permite ver ademas las relaciones de los vasos con los órganos adyacentes. No existe consenso sobre el tratamiento del divertículo de Kommerell, pero se recomienda su reparación cuando se producen síntomas por compresión o cuando alcanza los 3 o 5 cm de diámetro (según los autores), por riesgo de rotura, disección, embolismo o fístula aortoesofágica/aortobronquial. El objetivo del tratamiento es excluir el divertículo de la circulación, para lo cual se han descrito múltiples técnicas quirúrgicas y procedimientos hibridos. La reparación endovascular del aneurisma del divertículo de Kommerell evita la toracotomía y la esternotomía media, pero precisa una zona de anclaje para la endoprótesis de al menos 15-20 mm con lo cual  no es infrecuente tener que cubrir el ostium de los troncos supraaórticos, y es en esos casos en los que una técnica híbrida permite reimplantar el origen de los vasos y obtener una zona de anclaje que garantice la fijación proximal de la endoprótesis. A pesar, de la frecuencia relativamente baja consideramos que este tipo de tratamiento constituye una buena alternativa, menos invasiva, al abordaje quirúrgico exclusivo y ofrece resultados aceptables.

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